Enredarme para aprender

Ninfa Pérez


Deja un comentario

¿Y eso cómo?

Ayer tuvimos una sesión interesante sobre una especialidad que estamos maquilando en el Centro. Para mí el mayor reto es pensar más allá de lo común, es decir, visualizar un proceso de aprendizaje que resulte atractivo por su potencial, flexibilidad, que sea diferente, disruptivo.

Me surge la pregunta ¿cómo sería una propuesta así, congruente con la cultura red? Tenemos ya un camino recorrido, pistas, experimentos, recuperaciones, pero ¿cuál es el siguiente paso? ¿qué características o claves podría tener una propuesta de este tipo? Y ¿cómo la empatamos con las condiciones institucionales? ¿cómo se me antojaría a mí aprender algo así?

Recuerdo que en una conferencia, Stephen Downes contó el proceso por el cual crearon el primer MOOC y lo refería como el equivalente a la manera en que un adulto aprende en su día a día: “Preguntando a otro lo que no sé…”  la red nos brinda un sinfín de posibilidades para ese “preguntar”, miles de conexiones potenciales con quienes trabajan temas de nuestro interés, que tienen preguntas similares y probablemente algún esbozo de respuestas, pero sobre todo, con quienes podemos continuar construyendo, aprendiendo.

Eso se me antojaría a mí, plantear un proceso que posibilite a cada quién construir sus propias redes para aprender, que diseñe en el camino “a quién le quiere preguntar”, un camino que facilite e impulse las conexiones, el diálogo, la estructura propia más que una estructura igual para todos, pues cada quién aprende distinto. La gran pregunta… ¿y eso cómo? ¿alguna idea? Hasta aquí por hoy, sigue la reflexión.


Deja un comentario

200 palabras diarias

Esta frase es la que utilizó Miguel B. para convocarnos a escribir, a plasmar nuestras reflexiones cotidianamente sobre lo que hacemos en el contexto de aprender en red.

La cuestión que está de fondo creo, tiene que ver con la coherencia de nuestras acciones, no podemos dar lo que no tenemos… de igual forma no podemos poner ante otros lo que no hacemos.

Me parece una propuesta muy valiosa, en tanto que nos obliga a ser conscientes de nosotros mismos, no es necesario que esas 200 palabras expresen ideas terminadas, firmadas con sangre, simplemente es un ejercicio para desempolvar la mente, para ayudarnos a ordenar, reflexionar, observarnos en el día a día. Algo que deberíamos poder hacer todos en cualquier ámbito de nuestra vida.

Creo que voy a comenzar por retomar mi PLE, repensar y mover, completar, quitar, poner… es momento de poner en práctica, aventarnos y vivir lo que proponemos. Lo pego con algunas reflexiones que he tenido en otros espacios, ¿cuál es mi peso como persona, como profesionista, como académica? Es decir ¿a qué le doy valor, hacia dónde me lleva la balanza personal y por lo tanto profesional?  ¿a dónde quiero ir en la vida y lo que hago cómo apunta hacia allá? Es necesario formarnos como humanos, discernir, reflexionar, solo entonces podremos crear un subyecto digno de nosotros mismos, fiel a nuestros deseos y aversiones, un subyecto que nos ayude a construirnos y a crear el mundo en el que queremos vivir.